Me he dado de baja de Netflix siete años después... y me consta que no he sido el único. El cambio de política del gigante californiano del streaming en materia de compartición de cuentas ha sido el detonante para algo que ya llevaba barruntando cierto tiempo. Lo único que me hacía seguir pagando cada mes mi suscripción era la costumbre y el que la tenía compartida con una amiga.
Netflix llegó en el momento justo. A finales de 2015 había pocas opciones de streaming legal en España (Filmin y Wuaki y para de contar) y Netflix entró como elefante en cacharrería: un mes gratis de prueba, diversos planes de suscripción dependiendo del número de personas que compartieran la cuenta y prometiendo estrenos todas las semanas. Además era la empresa guay que salvaba las series cuando las malditas cadenas tradicionales las cancelaban. Era muy difícil no caer en la tentación. La época gloriosa del bingewatching y el netflix&chill.
Hoy, ya inmersos en un 2023 post-pandémico, la cosa ha cambiado: el típico soniquete de La Gran N Roja (ese tudum característico) casi es sinónimo de producto audiovisual de dudosa calidad y la propia Netflix ha dejado de ser esa empresa simpática para ser ahora ella misma la que cancela sin piedad y a ritmo de un algoritmo opaco cualquier serie que no supere los tropozientos millones de minutos vistos en las primeras 48 horas [1].
Y claro, el último clavo del ataúd de la gran pionera del streaming, el tiro al pie definitivo, llegaba a principios de este mes de febrero cuando se confirmaba que Netflix acababa con una de las piedras angulares de su éxito (por lo menos en España): adiós a compartir suscripción a partir del 21 de febrero. A partir de este momento sólo los dispositivos que estén conectados a la misma red que la definida como "ubicación principal" podrán acceder al contenido. Y si quieres añadir usuarios "externos" a tu cuenta, tocará apoquinar 6 euros por cada usuario suplementario.
2023 no es 2015 y en España tenemos múltiples opciones de streaming legales: Amazon Prime Video, Disney+, HBO Max, Filmin, FlixOlé, Apple TV+, AMC+, Atresplayer Premium. Todas más baratas que Netflix (que ni siquiera tiene descuento por suscribirse anualmente) y con estupendos contenidos... eso sin contar que siempre se puede desempolvar tu programa de torrent favorito, las plataformas gratuitas (RTVE Play, Pluto TV...) o las que están por venir como la anhelada SkyShowtime. Si a esta amplia oferta le sumamos que este inicio de 2023 ha sido un erial en cuanto a novedades de interés en Netflix, pues la verdad es que la decisión era fácil de tomar.
Si con esta iniciativa en los headquarters de Los Gatos se pensaban que esa suscripción que se compartía entre cuatro personas se iba a convertir en cuatro suscripciones unipersonales, se van a llevar una hostia antológica: donde había una suscripción se van a encontrar con ninguna en buena parte de los casos. Cero, nada, niente. Ellos verán.
A mí, desde que me di de baja hace unos días, me mandan diariamente un email intentando convencerme para que vuelva: que si Netflix tiene el mejor catálogo (muy discutible), que si permite verlo en cualquier dispositivo e incluso sin conexión (como las demás plataformas que sigo pagando) o incluso recordándome que hay una tarifa más barata con anuncios [2]. Seguramente sea esta última opción la que termine eligiendo en meses puntuales cuando haya alguna novedad que me interese. De relación consolidada a escarceos contados. Adiós Netflix, fue bonito mientras duró.
Un saludete, guap@s.
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[1] Otro día hablamos de como Netflix le ha colado a periodistas y analistas un sistema de medición sin ningún valor ni significado como es el de los millones de minutos vistos para identificar que es un éxito y que un fracaso.
[2] Con anuncios, sin todo el catálogo, sin FullHD y sin descarga offline. Por 5'49€. Normal que hasta ahora haya sido un plan residual por mucho que no paren de publicitarlo en la tele.
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