El 7 de enero de 2020, apenas hace dos meses y medio, escribí la última entrada de este vetusto y semi-abandonado blog (una reseña de la primera temporada de The Witcher, por cierto). Si le hubieras dicho a aquel Kalimero del (cercano) pasado la situación en la que nos encontramos ahora mismo en España (y en casi todo el planeta realmente), se hubiera echado a reír. Estamos viviendo nuestro propio futuro distópico gracias a un simpático bichito, un coronavirus bautizado como COVID-19, que nos tiene recluidos en casa por miedo a contagiarnos y, casi más, a contagiarlo [1].
La distopía es uno de mis géneros favoritos, ya sea en cine, series, literatura o cómics: futuros oscuros y poco halagüeños provocados por algún acontecimiento disruptivo (o una mezcla de varios de ellos), ya sean invasiones alienígenas, guerras nucleares o convencionales, avances tecnológicos (todo el cyberpunk habido y por haber), el cambio climático, catástrofes naturales, "castigos divinos", terrorismo, el apocalipsis zombie, la rebelión de las máquinas o alguna enfermedad pandémica, como ha resultado ser nuestro caso.
El COVID-19 no es un virus demasiado espectacular ni tiene el poder destructivo del ébola, por ejemplo, pero es muy contagioso y puede llevar al colapso no ya del sistema sanitario sino de la sociedad en su conjunto. Cuando se empezó a hablar de él a finales de enero porque China había cerrado a cal y canto la ciudad de Wuhan (más de 11 millones de habitantes), nos pareció todo muy exagerado, motivo de cachondeo casi. Cuando a mitad de febrero llegó a Italia nos empezamos a inquietar. Pronto llegó a España, casi a la misma vez que la OMS declaraba la pandemia, y desde el 14 de marzo estamos en estado de alarma, sin poder salir a la calle nada más que para lo imprescindible (comprar alimentos y medicinas, ir a trabajar el que no pueda (o no lo dejen) teletrabajar, urgencias médicas...) y extremando las precauciones.
Yo, que soy muy precavido (por no decir hipocondríaco y aprensivo), no esperé al estado de alarma para recluirme, opté por el teletrabajo (yo que afortunadamente puedo) y mientras escribo estas líneas voy por mi séptimo día de aislamiento ya. De momento conservo mi salud tanto física como mental aunque el KaliZulo sea más KaliZulo que nunca, eche de menos tener un balcón al exterior y la sensación de soledad y la incertidumbre a veces me oprima un poco el pecho (se pasa rápido, no preocuparse).
Pero la realidad es que ha habido épocas peores en la historia de la humanidad para estar aislado/confinado/en cuarentena, eso está claro. Ahora podemos, mientras las infraestructuras de redes aguanten (pongamos una vela por Telefónica), podemos tirar de múltiples medios de comunicación con nuestros seres queridos y de infinidad de opciones de entretenimiento sin tener que salir del "hogar". Imagínate, por ejemplo, vivir en la Inglaterra en cuarentena de 1605-1606. Vale, a Shakespeare le cundió y se escribió el Rey Lear y Macbeth, pero no somos Shakespeare, no nos engañemos. Aunque bueno, George R. R. Martin parece que está tomando nota del bargo inglés y está avanzando a buen ritmo con Vientos de Invierno gracias al confinamiento.
Saldremos de esta, claro que saldremos, pero como comentaba más arriba: esto que estamos viviendo es un evento disruptivo. Ya nada volverá a ser como era tan sólo hace un mes al igual que nada fue igual después de la Segunda Guerra Mundial. El COVID-19 está haciendo tambalear muchas cosas que dábamos por supuestas, la primera lo frágil que es nuestro modelo de vida occidental. La segunda quienes son nuestros verdaderos aliados. En las películas de Hollywood el héroe americano termina salvando el día y dándole una nueva oportunidad a la humanidad pero la realidad distará mucho de este lugar común, eso es de lo poco que podemos estar seguros ahora mismo.
Que rule este fascista irresponsable pic.twitter.com/cqceiA1K3f— Santoñesa / ❤ (@Santonesa) March 16, 2020
Ahora mismo, parafraseando a Bisbal, "las pirámides nunca se han visto tan poco transitadas". Y que siga así: no salgas a la calle, quédate en casa. Haz caso a las autoridades, no seas como el tipo de encima de estas líneas. Cuanto antes lo entendamos todos, antes volveremos a una cierta normalidad: a nuestros paseos, nuestras terrazas, nuestras compras, incluso a nuestro odiado y abarrotado transporte público. Opciones para pasar esta cuarentena hay cientos, aquí una buena recopilación para todos los gustos.
Pd1: si no eres muy aprensivo, estos gráficos (actualizados por la gente de Forocoches curiosamente) son los mejores para seguir al momento la evolución del COVID-19 en España.
Un saludete, guap@s. Cuidaos.
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[1] Ya se que esto lo sabéis pero me vais a dejar escribirlo para la posteridad, para cuando dentro de cientos de años alguien encuentro este fichero html en un servidor fuera de servicio bajo el desierto de Nevada.