¡Cuidado! Warning! Achtung! Spoilers que te golpearán como golpes de kung-fu
Pues ya estamos todos. Con 'Iron Fist' ya conocemos a Danny Rand y con él a todos los miembros fundadores de 'Los Defensores' de Disney y Netflix. En agosto llegará el gran crossover y mientras, lo que nos traen las mentes pensantes de este ambicioso proyecto es una liviana serie de acción con muchas menos pretensiones que las avanzadillas anteriores.
En 'Iron Fist' no hay sesudas disquisiciones teológicas sobre el bien y el mal como en 'Daredevil', ni una lucha por el alma de Harlem como en 'Luke Cage' ni tenemos una protagonista que tiene que sobreponerse a un terrible pasado de abusos como en 'Jessica Jones'... o bueno, sí que lo tenemos realmente pero tratado con menos solemnidad (y da la sensación que con bastante menos dinero). Es, al contrario, una serie ligera que mezcla artes marciales con drama familiar-empresarial y cuya mayor intención es afianzar el Universo Defensores y servir de puente entre las series anteriores y el gran crossover.
Pero vayamos a la trama: Danny Rand, al que daban por muerto desde hace 15 años cuando el avión en el que viajaba con sus padres tuvo un accidente sobre el Himalaya, vuelve a Nueva York con intención de recuperar su antigua vida y la empresa de su padre. Todo este tiempo ha estado en K'un-Lun, una ciudad mística poblada por monjes guerreros. Allí aprendió artes marciales y se convirtió en el Puño de Hierro, el principal defensor de la ciudad frente a los malvados ninjas de La Mano. Sin embargo Danny se encuentra con que La Mano tiene una presencia muy arraigada tanto en la ciudad como en su propio empresa. La guerra que debía librar en las puertas de K'un-Lun la va a tener que librar en Chinatown.
'Iron Fist' adolece de dos de los fallos comunes a todo el Universo Defensores. El primero es que el protagonista es demasiado inútil: al igual que pasaba con Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage, a Iron Fist/Danny Rand le dan varias palizas y no para de tomar decisiones erróneas. Son historias de "orígenes" de unos personajes que además tampoco es que tengan unos poderes muy espectaculares pero ya va siendo hora de verlos en todo su esplendor. Suponemos (deseamos) que esto llegará en 'Los Defensores'.
El segundo es que la historia se puede contar perfectamente en 7 u 8 capítulos y al llevarla a 13 se nota como alargada (personajes principales pueden estar 2 o 3 capítulos sin aparecer, algo bastante absurdo). Además, el protagonista, Finn Jones (Ser Loras Tyrell en 'Juego de Tronos'), no es especialmente ducho en las artes guerreras, cosa que se tiene que solucionar a base de planos extravagantes y esfuerzo de edición. Finalmente, las dos ramas de la trama, la acción mística de artes marciales y el drama empresarial-familiar, no terminan de converger demasiado bien.
¿Quiere decir esto qué, como a buena parte de la crítica seriéfila internacional [1], no me ha gustado esta primera temporada de 'Iron Fist'? Pues no, estoy más cera de la opinión del pueblo llano, que la ha convertido en una de las series más vistas de la historia de Netflix a nivel global. Sin parecerme ninguna maravilla es una serie entretenida, que cumple dentro de su falta de pretensiones y que no se queda muy lejos de 'Luke Cage' y 'Jessica Jones'.
Entre los apartados positivos está, como no, Colleen Wing (interpretada por otra alumna de 'Juego de Tronos', Jessica Henwick): un personaje femenino muy potente, toda una badass, a la que se le toma cariño desde el primer momento. Deseando verla patear culos junto a Misty Knight, su compañera de fatigas en los cómics (y que también era de lo mejorcito de 'Luke Cage'), en 'Los Defensores'. Otra gran personaje resulta ser, contra toda pronóstico, Ward Meachum, que tiene una gran evolución de capullo integral a drogadicto y tipo torturado por los constantes abusos y vejaciones de su padre.
El padre, Harold Meachum, es un personaje casi delirante, un villano de opereta al que David Wenham da mucho empaque y carisma y que nos depara momentos memorables (esa resurrección tan frankenstiniana, el destino del asistente).
Más allá de personajes acertados, las coreografías de artes marciales y de peleas a espada son bastante apañaditas (sin ser 'Into the Badlands' tampoco), sobre todo las que no aparece Finn Jones, tiene varios giros y decisiones de guión interesantes y, sobre todo, es la que da más sensación de formar parte de "algo más grande", algo a lo que contribuye. además de las habituales Rosario Dawson y Carrie Ann-Moss, el gran peso de La Mano y de Madame Gao en la trama y todo un rosario de referencias tanto para el fan de los cómics como, sobre todo, el fan de este Universo Defensores de Disney/Netflix.
Pd1: hablando del rey de Roma, un pequeño teaser recién salido del horno:
Un saludete, guap@s.
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[1] En las ridículas críticas por apropiación cultural ni voy a entrar porque hablar de eso con un personaje que lleva más de 40 años en las páginas de los cómics me parece ridículo. Y carajo, que ya existe Shang-Chi y seguramente Disney y Marvel tengan pensado utilizarlo en un futuro.
Pero vayamos a la trama: Danny Rand, al que daban por muerto desde hace 15 años cuando el avión en el que viajaba con sus padres tuvo un accidente sobre el Himalaya, vuelve a Nueva York con intención de recuperar su antigua vida y la empresa de su padre. Todo este tiempo ha estado en K'un-Lun, una ciudad mística poblada por monjes guerreros. Allí aprendió artes marciales y se convirtió en el Puño de Hierro, el principal defensor de la ciudad frente a los malvados ninjas de La Mano. Sin embargo Danny se encuentra con que La Mano tiene una presencia muy arraigada tanto en la ciudad como en su propio empresa. La guerra que debía librar en las puertas de K'un-Lun la va a tener que librar en Chinatown.
'Iron Fist' adolece de dos de los fallos comunes a todo el Universo Defensores. El primero es que el protagonista es demasiado inútil: al igual que pasaba con Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage, a Iron Fist/Danny Rand le dan varias palizas y no para de tomar decisiones erróneas. Son historias de "orígenes" de unos personajes que además tampoco es que tengan unos poderes muy espectaculares pero ya va siendo hora de verlos en todo su esplendor. Suponemos (deseamos) que esto llegará en 'Los Defensores'.
El segundo es que la historia se puede contar perfectamente en 7 u 8 capítulos y al llevarla a 13 se nota como alargada (personajes principales pueden estar 2 o 3 capítulos sin aparecer, algo bastante absurdo). Además, el protagonista, Finn Jones (Ser Loras Tyrell en 'Juego de Tronos'), no es especialmente ducho en las artes guerreras, cosa que se tiene que solucionar a base de planos extravagantes y esfuerzo de edición. Finalmente, las dos ramas de la trama, la acción mística de artes marciales y el drama empresarial-familiar, no terminan de converger demasiado bien.
¿Quiere decir esto qué, como a buena parte de la crítica seriéfila internacional [1], no me ha gustado esta primera temporada de 'Iron Fist'? Pues no, estoy más cera de la opinión del pueblo llano, que la ha convertido en una de las series más vistas de la historia de Netflix a nivel global. Sin parecerme ninguna maravilla es una serie entretenida, que cumple dentro de su falta de pretensiones y que no se queda muy lejos de 'Luke Cage' y 'Jessica Jones'.
Entre los apartados positivos está, como no, Colleen Wing (interpretada por otra alumna de 'Juego de Tronos', Jessica Henwick): un personaje femenino muy potente, toda una badass, a la que se le toma cariño desde el primer momento. Deseando verla patear culos junto a Misty Knight, su compañera de fatigas en los cómics (y que también era de lo mejorcito de 'Luke Cage'), en 'Los Defensores'. Otra gran personaje resulta ser, contra toda pronóstico, Ward Meachum, que tiene una gran evolución de capullo integral a drogadicto y tipo torturado por los constantes abusos y vejaciones de su padre.
El padre, Harold Meachum, es un personaje casi delirante, un villano de opereta al que David Wenham da mucho empaque y carisma y que nos depara momentos memorables (esa resurrección tan frankenstiniana, el destino del asistente).
Más allá de personajes acertados, las coreografías de artes marciales y de peleas a espada son bastante apañaditas (sin ser 'Into the Badlands' tampoco), sobre todo las que no aparece Finn Jones, tiene varios giros y decisiones de guión interesantes y, sobre todo, es la que da más sensación de formar parte de "algo más grande", algo a lo que contribuye. además de las habituales Rosario Dawson y Carrie Ann-Moss, el gran peso de La Mano y de Madame Gao en la trama y todo un rosario de referencias tanto para el fan de los cómics como, sobre todo, el fan de este Universo Defensores de Disney/Netflix.
En definitiva, una serie que, con sus problemas, es bastante disfrutable y entretenida y que ayuda a fortalecer los cimientos del Universo Defensores y a que el hype para con el gran crossover de agosto no decaiga.Si #IronFist se hubiese estrenado hace un par de décadas... pic.twitter.com/CZQ1V5gpwT— Netflix España (@NetflixES) 2 de abril de 2017
Pd1: hablando del rey de Roma, un pequeño teaser recién salido del horno:
Pd2: ojo a la dirección IP de la cámara, tiene sorpresa.Descendiendo. @TheDefenders llegan el 18 de agosto. pic.twitter.com/6JgrknyygH— Netflix España (@NetflixES) 4 de abril de 2017
Un saludete, guap@s.
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[1] En las ridículas críticas por apropiación cultural ni voy a entrar porque hablar de eso con un personaje que lleva más de 40 años en las páginas de los cómics me parece ridículo. Y carajo, que ya existe Shang-Chi y seguramente Disney y Marvel tengan pensado utilizarlo en un futuro.
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