EL HOMBRE DE ACERO (Man of Steele, USA 2013)
Director: Zach Snyder
Reparto: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner, Diane Lane, Lawrence Fishbourne, Christopher Meloni, Harry Lennix, Antje Traue
Guión: David S. Goyer
Duración: 143'
Hace 75 años, dos jóvenes judío-americanos llamados Jerry Siegel y Joe Schuster, en plena edad de oro del comic yankee, creaban a Superman: un tipo anodino y gafotas que resultaba ser un extraterrestre superpoderoso que cuando había algún problema buscaba una cabina de teléfono, se ponía un pijama azul con los calzones por fuera, se quitaba las gafas y salía volando [1] a resolverlo.
Cuarenta años después, con el personaje ya convertido en un icono global, se estrenaba en la gran pantalla a lo grande, con la mayor superproducción vista hasta el momento. Vista con perspectiva, aquella película dirigida por Richard Donner resulta bastante larga y anodina, salvada por un reparto de secundarios de lujo, unos efectos especiales todavía hoy resultones y dos protagonistas en estado de gracia [2]. Luego llegarían tres secuelas (y un spin-off [3]) mucho menos ambiciosas y mucho más olvidables (bueno, la segunda no estaba mal, realmente).
En los 90s se intentó recuperar al personaje para el celuloide con varios proyectos, el más famoso de ellos contaba con Nicolas Cage [4] como Kal-el y con Tim Burton a los mandos. Sin embargo, el desastre de los dos Batman de Joel Schumacher y que a Burton el guión de Kevin Smith le horrorizaba, hizo que todo acabara en agua de borrajas. La tan deseada resurrección no llegó hasta 2006, después del éxito de Batman Begins, de la mano de un seguro de vida: Bryan Singer.
Pero en un giro dramático de guión, Singer, que había conseguido con X-Men y X-Men 2 dos de las mejores películas de superhéroes de la historia, no se decanta por un reboot sino que entierra de un plumazo las dos últimas (y lamentables) entregas de la saga y se marca un Superman 3 alternativo bajo el nombre de Superman Returns. Tercera entrega, sí, pero calcando la estructura y trama de la original (llegando incluso a emplear imágenes de archivo del fenecido Marlon Brando y la fanfarria original de John Williams cuando luego él no se encargó de la banda sonora). Muchos homenajes de los que te sacan la sonrisilla y un par de buenas escenas de acción pero Singer no nos dio toda la tralla que nos podía haber dado y además el casting de los dos protagonistas entra de lleno entre los peores de la historia,
En definitiva, un fiasco (aunque no tan horrible como hoy la pone la gente, ojo) que hizo que la Warner dirigiera la cabeza hacia el hombre que había rescatado al Caballero Oscuro de Gotham: Christopher Nolan. Pero el inglés no quería tanta presión sobre su cabeza, quedándose sólo como productor (e ideólogo), delegando el guión en su hombre de confianza David S. Goyer y buscando para la dirección al único hombre, o uno de los pocos, capacitado para darle empaque al delirio orgásmico de destrucción que era dicho guión: Zach Snyder. Y con esto, Man of Steel, acababa de nacer.
La elección de este título para la película no es casual, Man of Steel ya fue el nombre elegido para el arco argumental en el que, durante la mitad de los 80s, John Byrne reseteaba a Superman en los cómics. Y es que eso es lo que tenían en mente el trío Nolan-Goyer-Snyder y lo que han terminado logrando de manera bastante satisfactoria, con un esquema sencillo pero efectivo: presentación de los personajes y el conflicto - enfrentamiento de proporciones entre cósmicas y apocalípticas.
La primera parte, contada, como ya hacía Goyer en Batman Begins, a base de flashbacks viene precedida de un prólogo kryptoniano que realmente deja con la boca abierta por la novedosa y pandorizada visión del planeta, donde incluso vemos una especie de mini-dragones que se dejan cabalgar por el bueno de Jor-el y que también sirve como presentación del nuevo Zod, que no anda muy lejos del coronel Quaritch de la obra de Cameron y para que Russell Crowe se exhiba un poco para que su cheque no quede tan injustificado como el de Marlon Brando en la original.
Llegados ya a la Tierra, toda esta introducción (larga pero no tanto como se podía aventurar) puede llegar a resultar algo caótica para el no versado en el personaje (aunque su mitología es tan universal que se me hace difícil pensar que haya gente así) a la vez que puede que aburrida para el fan irredento pero que tiene algunas cosas curiosas como el no mostrar la llegada de Kal-el a la Tierra [5], el giro que se le da al personaje de Jonathan Kent para que sea un freno más que un motor para la venida de Superman o el encuentro en la nave / fortaleza de la soledad entre Clark y Lois Lane.
Llegados ya a la Tierra, toda esta introducción (larga pero no tanto como se podía aventurar) puede llegar a resultar algo caótica para el no versado en el personaje (aunque su mitología es tan universal que se me hace difícil pensar que haya gente así) a la vez que puede que aburrida para el fan irredento pero que tiene algunas cosas curiosas como el no mostrar la llegada de Kal-el a la Tierra [5], el giro que se le da al personaje de Jonathan Kent para que sea un freno más que un motor para la venida de Superman o el encuentro en la nave / fortaleza de la soledad entre Clark y Lois Lane.
La segunda parte, que se inicia con la (espectacular) llegada de Zod y su gente a la Tierra y la intención de Clark de entregarse, es una pura orgía de destrucción a gran escala, con tintes dragonballzetanescos [6], de una hora de duración, decenas de personajes involucrados y tres emplazamientos (Smallville - el océano Índico - Metrópolis). Todo ello perfectamente coreografiado por Snyder y jalonado de frases de chulería ochentera que te dan ganas de aplaudir en muchos momentos. Lo que el año pasado parecía el summun de la devastación en términos superheróicos, todo el tramo final de Los Vengadores en Nueva York, parecen ahora simples arañazos en comparación. Y eso por no hablar del climax en el petrolero de Iron Man 3, que queda como totalmente inofensivo, como un juego de niños.
Una orgía de destrucción perfectamente acompañada por la música de Hans Zimmer. No soy demasiado fan del ex-componente de The Buggles pero estaba vez, su estilo pomposo y marcial resulta muy adecuado y el grandilocuente leit motiv de la BSO quizás no pueda ser tarareado tan fácilmente como la fanfarria de John Williams pero desde luego que también va a quedar en el imaginario colectivo. Además la acción va trufada de múltiples guiños a los cómics de Supes de los últimos tiempos, entre los cuales yo me quedo con ese Superman añorando el sol oculto por la destrucción como en El Regreso del Señor de la Noche.
¿Qué todo este show apocalíptico no parece ser consecuencia de lo introducido en la primera parte? Cierto, pero es que esa primera parte no introduce a la segunda sino que las dos juntas, como se puede observar en el epílogo, las que sirven de prólogo para lo que está por venir. Y es que Kal-el no se convierte en los Superman y Clark Kent que todos conocemos hasta el final, hasta después de ese momento poco común en los 75 años de historia del personaje.
¿Y los actores qué tal? Pues, a pesar de mis dudas, muy bien. Con Henry Cavill las dudas eran sobre su capacidad ya que hasta ahora en las pelis que le había visto (en especial Immortals) me había parecido bastante limitado. Sin embargo demuestra tener presencia y profesionalidad (y hasta cierto carisma) para interpretar a Superman... otra cosa será el hacer de Clark Kent en las próximas entregas, el momento en el que más se lucía el gran Christopher Reeve.
En cuanto a Michael Shannon y Amy Adams las dudas no eran para nada sobre su calidad, son de los mejores actores del momento, sino porque estuvieran simplemente para poner la mano, poder pagar facturas y volver a los proyectos que les interesan. También errónea apreciación: los dos cumplen de sobra y se nota que se lo pasan en grande. De Crowe, Costner y Lane poco se puede decir, cumplen con la solvencia que se espera de ellos. La sorpresa está por contra en ese clon de Elena Anaya que es la alemana Antje Traue y que reparte hostias de una manera legendaria, todo un descubrimiento.
Obviamente no todo es perfecto y muchos de los fallos que se han podido leer por Internet son ciertos: la cámara en mano molesta en algunas escenas, toda la trama genética está muy embarullada, Lois está metida a calzador en el climax final, lo poco finas que son las referencias mesiánicas... sin embargo se trata de pecados veniales que no ensombrecen un entretenimiento de primer nivel y el inicio de una saga [7] que promete muy mucho.
Nota: 8 / 10
Una orgía de destrucción perfectamente acompañada por la música de Hans Zimmer. No soy demasiado fan del ex-componente de The Buggles pero estaba vez, su estilo pomposo y marcial resulta muy adecuado y el grandilocuente leit motiv de la BSO quizás no pueda ser tarareado tan fácilmente como la fanfarria de John Williams pero desde luego que también va a quedar en el imaginario colectivo. Además la acción va trufada de múltiples guiños a los cómics de Supes de los últimos tiempos, entre los cuales yo me quedo con ese Superman añorando el sol oculto por la destrucción como en El Regreso del Señor de la Noche.
¿Qué todo este show apocalíptico no parece ser consecuencia de lo introducido en la primera parte? Cierto, pero es que esa primera parte no introduce a la segunda sino que las dos juntas, como se puede observar en el epílogo, las que sirven de prólogo para lo que está por venir. Y es que Kal-el no se convierte en los Superman y Clark Kent que todos conocemos hasta el final, hasta después de ese momento poco común en los 75 años de historia del personaje.
¿Y los actores qué tal? Pues, a pesar de mis dudas, muy bien. Con Henry Cavill las dudas eran sobre su capacidad ya que hasta ahora en las pelis que le había visto (en especial Immortals) me había parecido bastante limitado. Sin embargo demuestra tener presencia y profesionalidad (y hasta cierto carisma) para interpretar a Superman... otra cosa será el hacer de Clark Kent en las próximas entregas, el momento en el que más se lucía el gran Christopher Reeve.
En cuanto a Michael Shannon y Amy Adams las dudas no eran para nada sobre su calidad, son de los mejores actores del momento, sino porque estuvieran simplemente para poner la mano, poder pagar facturas y volver a los proyectos que les interesan. También errónea apreciación: los dos cumplen de sobra y se nota que se lo pasan en grande. De Crowe, Costner y Lane poco se puede decir, cumplen con la solvencia que se espera de ellos. La sorpresa está por contra en ese clon de Elena Anaya que es la alemana Antje Traue y que reparte hostias de una manera legendaria, todo un descubrimiento.
Obviamente no todo es perfecto y muchos de los fallos que se han podido leer por Internet son ciertos: la cámara en mano molesta en algunas escenas, toda la trama genética está muy embarullada, Lois está metida a calzador en el climax final, lo poco finas que son las referencias mesiánicas... sin embargo se trata de pecados veniales que no ensombrecen un entretenimiento de primer nivel y el inicio de una saga [7] que promete muy mucho.
Nota: 8 / 10
Pd: una de las curiosidades que más me ha gustado ha sido el transformar el dibujo de la ese en el pecho del traje de Supes en el escudo de la Casa de El, cuyo lema es Esperanza. Muy Juego de Tronos todo.
Pd2: mi escena favorita es la última. Mucho destroy-porn pero al final me quedo con la escena más ñoña. Yo soy así.
Un saludete, guap@s.
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[1] Esto, además de la mítica frase de "¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es Superman!", se la debemos a los cortos de Richard Fleischer de los años 40. En los primeros comics Superman sólo daba grandes saltos. Como esto era muy complicado de animar por aquella época, Fleischer decidió que iba a volar y rápidamente esto pasó al canon y al imaginario colectivo.
[2] Clark Kent/Superman y Lois Lane serán por siempre jamás Christopher Reeve y Margot Kidder. Los dos estaban perfectos... y para los dos fue una maldición interpretar a estos personajes a largo plazo.
[3] Sí, Supergirl existió, no lo soñaste.
[4] Tan fan del personaje que le puso Kal-el a uno de sus hijos.
[5] Lo cual tiene lógica si tenemos en cuenta que esta parte está narrada a base de flashbacks y Kal-el no puede acordarse de ello al ser solamente un bebé.
[6] No hay que olvidar cuanto bebe la obra magna de Toriyama de Superman, su leyenda y sus recursos.
[7] O varias, que además de ver camiones de LexCorp también vemos un satélite de Wayne Industries.
[6] No hay que olvidar cuanto bebe la obra magna de Toriyama de Superman, su leyenda y sus recursos.
[7] O varias, que además de ver camiones de LexCorp también vemos un satélite de Wayne Industries.
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