Juego de Tronos. 2x05. The ghost of Harrenhal

 Tres toques del cuerno... ¡spoilers!

Primer vistazo

Este capítulo 2x05 de Juego de Tronos, The Ghost of Harrenhal, sigue el camino marcado por los anteriores episodios de la temporada: mucha cháchara y poca acción. Tanto es así que el no conocedor de la saga se podrá preguntar si la segunda parte de la temporada va a seguir los mismos derroteros o veremos por fin algo de diversión. No quiero soltar ningún spoiler demasiado esclarecedor pero bien es cierto que se puede observar que todas las piezas están ya en su sitio y que ya sólo queda que empiecen a jugar.

Estas piezas son las siguientes: Stannis, con el ejercito de su fallecido hermano Renly a su servicio (salvo los Tyrell), se prepara para atacar Desembarco del Rey de forma inminente... sin Melisandre (gracias a una conversación con Davos); en la capital Tyrion sabe que está en desventaja numérica tanto por tierra como por agua pero tiene un as en su corta manga: miles y miles de bombas de fuego valirio, que quema madera, acero y carne hasta el hueso; Lord Tywin, desde la fantasmagórica Harrenhal, prepara el ataque definitivo contra el rey lobo, al que ya no piensa subestimar nunca más; Theon, con los escasos efectivos que le ha confiado su padre, prepara su gran jugada: ataca Ciudadela de Torrhen para hacer salir a los pocos hombres que quedan en Invernalia para defenderla; Más allá del Muro, la guardia negra llega al enclave del Puño de los Primeros Hombres y Jon Nieve se apunta a la avanzadilla de Quorin Mediamano (otro titán al que conocemos en este capítulo); finalmente, en Qarth, Dany descubre la situación en Poniente y se decide a dejarse de rodeos y volver a por lo que es suyo aunque todavía tiene que decidir si seguir el consejo del siempre precavido Jorah Mormont, la ambiciosa proposición de Xaro o adentrarse en la Casa de los Eternos para seguir el camino de la magia.

Además tenemos a Bran aumentando su colección de sueños (o pesadillas más bien), a Arya (ahora Comadreja) encontrando en Jaqen a un inesperado aliado para reducir la cantidad de nombres en su oración y a Brienne de Tarth declarando su fidelidad a Catelyn Stark una vez se ha dado cuenta de que su amado Renly ya no está y ella es la principal sospechosa de su muerte... no sabe que está cometiendo el error de su vida.

Al detalle

- Al abrir capítulo y haber visto previamente ya el Parto Negro, la muerte de Renly a manos de La Sombra tiene mucho menos impacto que en el libro y, por supuesto, que la de Ned Stark. En el libro primero tenemos la muerte de Renly y luego vemos el Parto cuando Stannis está asediando Bastión de Tormentas para conseguir al bastardo de Robert que está custodiado allí. Todo ello ha sido ignorado de momento en la serie, lo cual me sorprende bastante.

- Definitivamente parece que los Reed no van a aparecer y que serán Osha y el Maese Luwin los consejeros de Bran con sus sueños verdes [1].

- Escena gratuita de la semana: Gendry practicando con la espada sudoroso y a pecho descubierto.

- Momento absurder la semana: la reaparición de Rickon... ¡partiendo nueces!

- La decepción de la semana: en Qarth las mujeres no van con un pecho al aire. Me sorprende este acto de puritanismo en una serie tan explícita como esta.

- De hecho es el primer capi de la temporada en el que no hay ni tetas ni sexo... y apenas sangre (la muerte de Renly es bastante aséptica).

- Por fin el plan de Theon sale a relucir. En el libro ya lo lleva concebido como venganza a los Stark cuando llega a las Islas del Hierro. En la serie viene a consecuencia de querer ganarse el respeto de su padre y de su gente. Me parece más lógico, que en el libro ese odio a los Stark porque si nunca me terminó de convencer.

Highlights

- La muerte de Renly (aunque no es tan WTF como en el libro)

 

- La conversación Lord Tywin - Ary... digo Comadreja

- Tyrion torturando a Lancel

- La petición de matrimonio de Xaro a Dany

La frase

Si suena una vez, son amigos. Si suena dos, enemigos... Si suena tres, Los Otros

 Samwell Tarly


Un saludete, guap@s.

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[1] Aunque sin los Reed no hay nadie para llamarlos sueños verdes, la verdad