En Jaén no llueve mucho, por no decir que llueve bien poco. Pues el viernes pasado empezó a llover y era el domingo y no había parado, con algunos momentos en los que llovió muy, muy fuerte. A todo esto las infraestructuras en esta provincia dejada de la mano de Dios son bastante chapuceras y anticuadas y yo tenía que marchar para Madrid el domingo por la tarde. Me temí lo peor... y me quedé bien corto. Ya comenté por Twitter algunos de los momentos más tremendos de mi odisea pero quería dejar escrito el relato de las ¡11 horas! que me costó llegar desde casa de mis padres en Martos al piso donde vivo en Madrid. Sigue leyendo porque no tiene desperdicio, lo prometo.
Desinformación en la estación
Soy previsor y salí de mi casa en Martos a las 16:00 horas de la tarde. Por el camino hasta la estación de Renfe nos cayó una tromba de agua considerable pero para las y media había llegado a mi primer destino. Allí ya me empezó a mosquear que el tren de la línea Córdoba - Sevilla - Cádiz no iba a salir y estaban poniendo autobuses para llevar a la gente hasta Córdoba, donde la línea ya estaba despejada. Pregunto a una de las personas de Adif que allí estaban si hay algún problema con el tren de Madrid y me dicen que nada, que el tren saldrá a su hora. Total, que me acomodo y espero que sea la hora de salida.
Y llegan las 17:15 (hora de salida), las 17:30, las 17:45 y el tren sigue sin salir. Nos empezamos a poner nerviosos. El revisor pasa arriba y abajo [1] agitado y una chica que conocía a otra que había cogido el tren anterior (que salía a las 15:30 aprox) dice que ese tren esta detenido antes de llegar a Linares porque las vías están obstruidas.
El revisor vuelve a pasar pero afirma no saber nada. Mucha gente vuelve a las taquillas para que le cambien el billete para otro día. La chica nos informa que a los del tren anterior los han sacado y puesto en un bus hasta Valdepeñas. Se barrunta (por conversaciones pilladas de refilón) que nosotros podemos correr igual suerte... mientras que por Twitter nos llega la información que la A4 [2] está inundada a la altura de Guarroman y que hay un atasco de mil pares de demonios.
Finalmente se hace realidad lo de los autobuses... aunque para eso los viajeros nos tuvimos que ir informando unos a otros porque al revisor no había quién lo entendiera. Eran las 19:30 y estábamos montados en unos viejos autobuses (dos, concretamente) deseando que el conductor se supiera una ruta alternativa para sortear Guarroman y el atasco del siglo.
El infierno es un atasco en la A4
Pero no dio ni tiempo: antes de llegar a Linares ya estábamos dentro de la gigantesca retención. Cuando llevábamos una hora de trayecto (y tan sólo un par de kilómetros recorridos) paramos en una atestada estación de servicio para orinar. La cola del cuarto de baño era, obviamente, eterna así que hubo que desbeber bajo el aguacero cerca de algún árbol.
Una vez todos de vuelta en el bus, arrancamos... ¿Todos? No, faltaban dos mujeres, que la señora mayor que se había encargado de contar todos los que bajamos a orinar, se había hecho un lío. Vuelta atrás a por las rezagadas, a las que por suerte encontramos rápido y de vuelta al atascazo del averno.
A las 21:30 dejamos atrás la retención, a las 22:00 estamos saliendo, por fin, de la provincia de Jaén, a las 22:15 paramos en un restaurante de carretera a cenar y a esperar al otro autobús, que lo habíamos dejado atrás. Que si, que había hambre. Que si, que había que esperar al otro autobús (que con todo sólo llegó diez minutos después). Pero es que estar allí parados hasta las 23:00 cuando en Valdepeñas estaban esperando los del tren de las 15:30 montados en el nuevo tren, no se, me pareció una frivolidad.
Lost in Valdepeñas
De vuelta al bus y en 20 minutos estábamos llegando a Valdepeñas. El caso es que el chófer no había estado nunca en tan etílico pueblo, la señalización de la estación de tren era nula y el pueblo estaba totalmente desierto a tal hora de la noche. ¿Resultado? Que nos perdemos. Vuelta para arriba, vuelta para abajo. No hay manera.
Google Maps no nos ayuda para nada por lo que tenemos que recurrir a Protección Civil. Y de esta manera, escoltados por Protección Civil y tras más de media hora de dar vueltas por Valdepeñas (creo que el recorrido que hicimos convalida el título de guía del pueblo) llegamos a la inaccesible estación de tren de Valdepeñas. Son más de las doce de la noche.
Nueva línea de cercanías: Valdepeñas - Madrid
Desde que cogimos el bus una duda me asaltaba: si un tren estaba parado en Jaén y otro en Linares, ¿qué tren nos iba a llevar de Valdepeñas a Madrid? Nunca me hubiera imaginado que un tren de Cercanías de Madrid. Una cacharra que apenas alcanza los 120 kmh y sin sitios para guardas maletas no es el mejor transporte para llevar cientos de viajeros de larga distancia destrozados y abatidos pero es lo que había. Nos acomodamos como pudimos y a tragar millas.
En esto que el tren llega a Alcázar de San Juan, las puertas se abren y empiezan a volar bolsas de basura hacia dentro del tren. Después del sobresalto inicial y de una voz gutural gritando "¡Bocadillos!", nos abalanzamos sobre los cientos de bocadillos de chopped y/o queso y las botellitas de agua.
El viaje se hacía eterno así que el maquinista se ve que empezó a pisar el acelerador. Si, el tren empezó a ir más rápido a costa de que sonara como si fuera a despegar y que las maletas empezaran a volar. En fin, que a eso de las 02:20 de la mañana llegábamos a la estación de Atocha, final de mi trayecto en tren... pero no de la odisea.
De como salir de Atocha cuando está cerrada
Siempre había visto Atocha atestada de gente, en perpetuo movimiento. Verla vacía, silenciosa y quieta impresiona... pero luego te empiezas a cabrear de todas las vueltas que hay que dar para encontrar una salida que no esté cerrada. Diez minutos arriba y abajo hasta que un guardia de seguridad se apiadó de nosotros y nos abrió un acceso. Lo intentaba disimular pero en su fuero interno el tipo se partía de la risa. "¡Pringados!" Y no le faltaba razón.
Una vez fuera de la estación la gente se echó encima de los pocos taxis que había por lo que yo pasé y enfilé calle Atocha arriba para a las 03:00 en punto abrir la puerta de mi residencia en Madrid. 11 horitas de nada. Una odisea con todas las de la ley.
Una odisea que, por otro lado, se podrían haber evitado con unas infraestructuras dignas. Guarroman, Linares y Mengibar se inundan siempre que llueve un poco fuerte o de continuo (seamos serios, esto era lluvia fuerte pero no era el huracán Sandy) desde tiempo inmemorial. ¿De verdad que no se ha podido hacer nada al respecto en todo este tiempo? En fin, que nos desangramos y a nadie parece importarte. A mi me gustaría volver algún día a mi tierra a ganarme la vida pero es que veo estas cosas y me doy cuenta de que será imposible. Una jodida lástima.
Ahora a ver si Renfe me devuelve el importe del billete, que esa es otra.
Pd: la foto que encabeza el post está sacada del diario
Ideal de Jaén.
Un saludete, guap@s.
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[1] Al ser vuelta de puente el tren era de 10 vagones en vez de 5 como es habitual.
[2] La Autovía de Andalucía, que permite salir y entrar a Andalucía por Despeñaperros