Los preparativos
Aunque el concierto fue el pasado jueves realmente comenzó hace un año, en Octubre de 2009, cuando se anunció que U2 volvían a Europa en 2010 y que actuarían en Sevilla. Para evitar pasar las fatigas que pasamos para encontrar entradas para el de Barcelona (tuvimos que ir a grada por no pillar pista) me subscribí a U2.com (son unos 35 euros anuales, hoy me caduca la subscripción, por cierto) y pude acceder a cuatro entradas en la preventa. Días después tuve suerte y pillé otras dos entradas. En total 6 entradas para 6 marteños fans de los dublineses.
Luego llegaron las complicaciones. Primero la lesión de Bono que les hizo suspender su gira americana y que amenazó durante bastante tiempo la europea. Finalmente Bono se recuperó y el concierto se mantuvo... pero tuvo que cambiar su fecha original, 29 de Septiembre, por un día después debido a la huelga general.
Una vez confirmada la fecha del concierto tocaba encontrar alojamiento y transporte. Lo segundo fue sencillo, un Ave Madrid-Sevilla a primera hora del día del concierto. Lo primero mucho más laborioso: hasta diez hostales y albergues contacté sin suerte hasta encontrar un par de habitaciones. Pero finalmente todo estaba organizado y sólo quedaba esperar al día del concierto.
La cola y los teloneros
A las 12:00 del jueves 30 de Septiembre de 2010 estaba este pollo ya haciendo cola en el Estadio Olímpico de La Cartuja (es olímpico oficialmente aunque no se hayan celebrado en él unos Juegos Olímpicos ya que así fue certificado por el COI). Delante nuestra unas mil personas, algunas de ellas acampando allí un par de noches antes incluso. La organización de esta cola no fue muy buena que digamos: poco aprovechamiento del espacio, letrinas descubiertas que hedían de mala manera y un tramo de la misma cola por debajo de una torreta de alta tensión (sic).
Las puertas del Estadio no se abrían hasta las 17:30 pero una hora antes la cantidad de gente ya era tan grande haciendo cola que la organización empezó a hacer entrar gente en grupos de unas cien personas. Por lo tanto para las cinco de la tarde ya estábamos dentro y bien parapetados para que ningún miarma (desde el cariño) nos quitara nuestro sitio al ladito de la pasarela. Por cierto, que no me extrañaría nada que mucha gente con entradas falsas se hubiera colado ya que, por lo menos a mí, ni me la miraron en la puerta, se limitaron a cortarle un trozo con gran desidia.
Cuando ya llevábamos tres horas, varias cervezas y unos cuantos chistes verdes dentro, se encendieron las luces del escenario y salieron a escena los teloneros, los americanos Interpol. Sonaron bien, potentes, profesionales... pero se notaba que no estaban en su habitat (salvo el guitarrista que iba a su bola y se gustaba con sus bailecitos), bastante frios y poco comunicativos, lo que tiene un poco de delito al hablar el cantante un perfecto español con acento mexicano. Tocaron varias del último disco y una selección de hits de los dos anteriores terminando sus 50 minutos de actuación con sus dos mayores éxitos: The Heinrich Maneuver y Evil.
Se marcharon con una moderada ovación... nada comparable con la que recibió el operario que encaramado en la enorme pantalla se afanó durante veinte minutos en reparar unos leds y que nos amenizó la casi hora de espera entre los Interpol y los grandes protagonistas de la noche. Por fin, a las 21:50 de la noche, llegaba mi segundo encuentro con Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen. U2 en concierto.
El concierto
Como en toda la gira salieron al ritmo del Space Oddity de Bowie y nada más llegar a la plataforma empezaron a tocar la nueva e instrumental The Return of the Stingray Guitar (que queda genial para eso, para abrir conciertos) y Bono se vino exactamente delante nuestra a gritar y vitorear cual hooligan. El cansancio acumulado se esfumó de un plumazo y empezamos a brincar como locos con Beatiful Day.
El mayor espectáculo del mundo había comenzado pero el sonido era solamente regulero y tanto en esta como en la siguiente New Year's Day (una de mis favoritas y que no tocaron en Barna) la voz de Bono no se escuchaba bien entre estática y distorsión. Para la siguiente canción, Get On Your Boots, ya estaba todo solucionado y la voz de Bono empezó a sonar mejor que nunca. Y es que el amigo Paul Hewson está en plena forma una vez superados sus problemas físicos y cantó como nunca, corrió de un lado a otro, se colgó como un mono del micrófono marciano en los bises e incluso le plantó un piquito a Adam Clayton en New Year's Day.
Después de Magnificient llegó la mayor sorpresa de la noche... ¡Mysterious Ways! y todavía andabamos recuperándonos de semejante giro inesperado cuando entró en acción Elevation y a saltar como locos. Until the End of the World inició un tramo lentito y románticón del concierto con I Still Haven´t Found What I´m Looking For y dos nuevas, North Star y Mercy, la primera en acústico y sólo con Bono y The Edge en el escenario.
Siguió la parte almibarada del concierto con el cumpleaños feliz de todo el estadio al hermano mayor de Bono y luego con In a Little While, donde Bono sacó a la jaca de costumbre y arrimó un poco la cebolleta (¡viejo verde!) para terminar con otra sorpresa (hablo de sorpresas porque no tenía ni idea de lo que habían ido tocando en los conciertos anteriores): Miss Sarajevo, donde Bono incluso se atrevió con la parte de Pavarotti, saliendo indemne del atrevimiento y poniendo la piel de gallina a más de uno (yo mismamente).
Acto seguido se desplegó la pantalla y como en Barna, brincamos como descosidos con City of Blinding Nights y Vertigo. La pantalla subió para arriba de nuevo y Bono presentó a sus mejores amigos: Adam Casillas Clayton, Larry Torres Mullen y The Edge Iniesta o The Edge Hernández, al gusto del consumidor. Él, siempre fino, se guardó al camero Sergio Ramos para luego seguir con otra de las partes sudorosas del concierto: el remix de I'll Go Crazy Tonight (con gotitas del Relax de Frankie Goes to Hollywood) y el himno mítico Sunday Bloody Sunday.
Después de semejante andanada, tranquilidad y sosiego con MLK, Walk On (con la misma dedicatoria y mismo montaje que en Barcelona) y Encore. Entonces se despiden por primera vez, se apagan las luces y el sacerdote Desmond Tutu aparece en las pantallas. Cuando termina su discurso lleno de esperanza suenan dos de las imperdibles: One y Where the Streets Have No Name (y esta vez en ese orden, que en Barcelona lo hicieron al revés y quedó raro).
Segunda despedida, luces fuera y unos simpáticos alienígenas dejan caer un micrófono sobre el escenario donde Bono, ataviado con su chaqueta de leds rojos, nos obsequia con Ultraviolet y With or Without You. Toca entonces el momento de dar las gracias de Bono a toda la gente detrás de esa locura de gira... discurso que interrumpimos todo el estadio coreando With or Without You como si no hubiera mañana. Bono se sorprende, emocionado nos da las gracias, termina su discurso y se disponen a tocar la despedida definitiva, Moment of Surrender.
Luces arriba, el Rocket Man de Elton John en megafonía y, mientras desalojamos, la sensación de haber visto un concierto mejor que el de Barcelona, con un setlist más acertado y ajustado y con un escenario que, aunque igual de mastodóntico, ahora dominan mucho más. Eran las 00:30 cuando abandonabamos el estadio buscando comida y cama y sabiendo que este de Sevilla no será el último.
Un saludete guap@s.
Se marcharon con una moderada ovación... nada comparable con la que recibió el operario que encaramado en la enorme pantalla se afanó durante veinte minutos en reparar unos leds y que nos amenizó la casi hora de espera entre los Interpol y los grandes protagonistas de la noche. Por fin, a las 21:50 de la noche, llegaba mi segundo encuentro con Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen. U2 en concierto.
El concierto
Como en toda la gira salieron al ritmo del Space Oddity de Bowie y nada más llegar a la plataforma empezaron a tocar la nueva e instrumental The Return of the Stingray Guitar (que queda genial para eso, para abrir conciertos) y Bono se vino exactamente delante nuestra a gritar y vitorear cual hooligan. El cansancio acumulado se esfumó de un plumazo y empezamos a brincar como locos con Beatiful Day.
El mayor espectáculo del mundo había comenzado pero el sonido era solamente regulero y tanto en esta como en la siguiente New Year's Day (una de mis favoritas y que no tocaron en Barna) la voz de Bono no se escuchaba bien entre estática y distorsión. Para la siguiente canción, Get On Your Boots, ya estaba todo solucionado y la voz de Bono empezó a sonar mejor que nunca. Y es que el amigo Paul Hewson está en plena forma una vez superados sus problemas físicos y cantó como nunca, corrió de un lado a otro, se colgó como un mono del micrófono marciano en los bises e incluso le plantó un piquito a Adam Clayton en New Year's Day.
Después de Magnificient llegó la mayor sorpresa de la noche... ¡Mysterious Ways! y todavía andabamos recuperándonos de semejante giro inesperado cuando entró en acción Elevation y a saltar como locos. Until the End of the World inició un tramo lentito y románticón del concierto con I Still Haven´t Found What I´m Looking For y dos nuevas, North Star y Mercy, la primera en acústico y sólo con Bono y The Edge en el escenario.
Siguió la parte almibarada del concierto con el cumpleaños feliz de todo el estadio al hermano mayor de Bono y luego con In a Little While, donde Bono sacó a la jaca de costumbre y arrimó un poco la cebolleta (¡viejo verde!) para terminar con otra sorpresa (hablo de sorpresas porque no tenía ni idea de lo que habían ido tocando en los conciertos anteriores): Miss Sarajevo, donde Bono incluso se atrevió con la parte de Pavarotti, saliendo indemne del atrevimiento y poniendo la piel de gallina a más de uno (yo mismamente).
Acto seguido se desplegó la pantalla y como en Barna, brincamos como descosidos con City of Blinding Nights y Vertigo. La pantalla subió para arriba de nuevo y Bono presentó a sus mejores amigos: Adam Casillas Clayton, Larry Torres Mullen y The Edge Iniesta o The Edge Hernández, al gusto del consumidor. Él, siempre fino, se guardó al camero Sergio Ramos para luego seguir con otra de las partes sudorosas del concierto: el remix de I'll Go Crazy Tonight (con gotitas del Relax de Frankie Goes to Hollywood) y el himno mítico Sunday Bloody Sunday.
Después de semejante andanada, tranquilidad y sosiego con MLK, Walk On (con la misma dedicatoria y mismo montaje que en Barcelona) y Encore. Entonces se despiden por primera vez, se apagan las luces y el sacerdote Desmond Tutu aparece en las pantallas. Cuando termina su discurso lleno de esperanza suenan dos de las imperdibles: One y Where the Streets Have No Name (y esta vez en ese orden, que en Barcelona lo hicieron al revés y quedó raro).
Segunda despedida, luces fuera y unos simpáticos alienígenas dejan caer un micrófono sobre el escenario donde Bono, ataviado con su chaqueta de leds rojos, nos obsequia con Ultraviolet y With or Without You. Toca entonces el momento de dar las gracias de Bono a toda la gente detrás de esa locura de gira... discurso que interrumpimos todo el estadio coreando With or Without You como si no hubiera mañana. Bono se sorprende, emocionado nos da las gracias, termina su discurso y se disponen a tocar la despedida definitiva, Moment of Surrender.
Luces arriba, el Rocket Man de Elton John en megafonía y, mientras desalojamos, la sensación de haber visto un concierto mejor que el de Barcelona, con un setlist más acertado y ajustado y con un escenario que, aunque igual de mastodóntico, ahora dominan mucho más. Eran las 00:30 cuando abandonabamos el estadio buscando comida y cama y sabiendo que este de Sevilla no será el último.
Un saludete guap@s.
¿Interpol de teloneros? Jodo, que nivelazo se gastan Bono y cía, ¿no?
ResponderEliminarVaya... aunque yo esperaba de telonera a María del Monte y me llevé un disgustillo :(
ResponderEliminarSaludetes.
Estaría ocupada presentando algún programilla en Canal Sur, la pobre.
ResponderEliminarYo salí muy contento del concierto, los teloneros me gustaron mucho, también porque los conocía de antes y tocaron canciones que llevaba bastantes años escuchando como obstacle nº1.
ResponderEliminarY de U2 hay poco que decir, saben controlar como pocos la escena, son buenos músicos, no nos olvidemos de ellos y en cada momento nos hicieron sentir justo lo que ellos querían. Del pasote de escenario y montaje qué vamos a decir!!!
@Alex hace ya que no sale en la tele, me estoy preocupando xD
ResponderEliminar@el_hombre_serio yo a los Interpol los conocía pero tampoco puedo decir que me apasionaran... y siguen sin hacerlo después del concierto aunque, como ya digo, me gustaron.
Saludetes.
Fue la madre de todos los conciertos!!! Geniales U2, el mayor espectaculo del mundo sin duda
ResponderEliminarThe Heinrich Manouver no es uno de los dos mayores éxitos de Interpol (¿?), y lo dice un fan arrepentido. Dejando de lado que estén de capa caída, tal vez hasta la publicación de Barricade era su peor single con diferencia. Y eso sin entrar en los temazos que no fueron single.
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