Sir Arthur Conan Doyle creó a Sherlock Holmes en 1887 y lo hizo protagonista de 4 novelas, 56 relatos y una resurrección. Además fue el germen de una mitología que luego se encargaron de expandir hasta el infinito otros muchos autores tanto en la literatura, como el cine, la televisión o practicamente cualquier otro medio que se te pueda ocurrir. Cientos de miles de personas son fans acérrimos del genial detective y entre ellos se incluye este pollo servidor de ustedes.
Pero a pesar de ser fan, la noticia de una nueva serie sobre el personaje en la BBC adaptándolo a nuestros días no me pareció en un principio una gran idea por dos razones principales: 1) me parecía que sólo pretendía colocarse a rebufo del gran éxito del 'Sherlock Holmes' de Guy Ritchie y 2) no me suelen gustar las adaptaciones de historias de otras épocas a la nuestra. Sin embargo Steven Moffat había hecho un buen trabajo con 'Jekyll' y dos de los tres capítulos estaban dirigidos por Paul MacGuigan, director de la estupenda 'El caso Slevin', por lo que decidí darle una oportunidad... y la verdad es que ha sido una buena idea.
No es la serie del siglo ni mucho menos pero es entretenida, está bien interpretada, tiene un montón de guiños a las historias de de Conan Doyle, unos escenarios londinenses realmente increibles y cada capi dura 80 minutos lo que los convierten en pequeñas películas ampliamente disfrutables.
De todos, el punto más fuerte es sin duda Sherlock Holmes, el desconocido para mi Benedict Cumberbatch consigue un Holmes entre encantador y terriblemente odioso, al que uno puede admirar y querer partirle la boca en la misma escena, es decir, el personaje en estado puro. Una gran interpretación.
Por contra, si tuviera que poner dos peros a esta miniserie (que ya se ha confirmado que tendrá segunda parte) son Watson y Moriarty además de que en el segundo capítulo se nota que el director no es MacGuigan porque el ritmo no es nada más que regulero. Martin Freeman es un buen actor y no hay mucho que objetarle, el problema está en el personaje: su Watson es demasiado patán, demasiado a merced de Holmes, poco que ver con el tipo decidido y casi tan inteligente como su amigo de las novelas de Doyle y que tan bien había sido capaz de capturar Jude Law en la recienta peli de Ritchie. En cuanto a Moriarty, su presencia en la sombra resulta inquietante pero su aparición es bastante sorprendente en lo negativo: apenas un treintañero gesticulante y gritón enamorado de Holmes... un poco triste teniendo en cuenta lo bien tratado que está Mycroft y lo bien que es presentado.
En definitiva una buena y cortita serie para consumo veraniego, que no entrará en los anales pero que contentará al fan del personaje y es posible que traiga nuevos acólitos al culto.
Un saludete guap@s.
Pero a pesar de ser fan, la noticia de una nueva serie sobre el personaje en la BBC adaptándolo a nuestros días no me pareció en un principio una gran idea por dos razones principales: 1) me parecía que sólo pretendía colocarse a rebufo del gran éxito del 'Sherlock Holmes' de Guy Ritchie y 2) no me suelen gustar las adaptaciones de historias de otras épocas a la nuestra. Sin embargo Steven Moffat había hecho un buen trabajo con 'Jekyll' y dos de los tres capítulos estaban dirigidos por Paul MacGuigan, director de la estupenda 'El caso Slevin', por lo que decidí darle una oportunidad... y la verdad es que ha sido una buena idea.
No es la serie del siglo ni mucho menos pero es entretenida, está bien interpretada, tiene un montón de guiños a las historias de de Conan Doyle, unos escenarios londinenses realmente increibles y cada capi dura 80 minutos lo que los convierten en pequeñas películas ampliamente disfrutables.
De todos, el punto más fuerte es sin duda Sherlock Holmes, el desconocido para mi Benedict Cumberbatch consigue un Holmes entre encantador y terriblemente odioso, al que uno puede admirar y querer partirle la boca en la misma escena, es decir, el personaje en estado puro. Una gran interpretación.
Por contra, si tuviera que poner dos peros a esta miniserie (que ya se ha confirmado que tendrá segunda parte) son Watson y Moriarty además de que en el segundo capítulo se nota que el director no es MacGuigan porque el ritmo no es nada más que regulero. Martin Freeman es un buen actor y no hay mucho que objetarle, el problema está en el personaje: su Watson es demasiado patán, demasiado a merced de Holmes, poco que ver con el tipo decidido y casi tan inteligente como su amigo de las novelas de Doyle y que tan bien había sido capaz de capturar Jude Law en la recienta peli de Ritchie. En cuanto a Moriarty, su presencia en la sombra resulta inquietante pero su aparición es bastante sorprendente en lo negativo: apenas un treintañero gesticulante y gritón enamorado de Holmes... un poco triste teniendo en cuenta lo bien tratado que está Mycroft y lo bien que es presentado.
En definitiva una buena y cortita serie para consumo veraniego, que no entrará en los anales pero que contentará al fan del personaje y es posible que traiga nuevos acólitos al culto.
Un saludete guap@s.
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