Este Barça de Guardiola es como Ali. El mítico púgil basaba su éxito en la movilidad: flotaba por el cuadrilátero como una mariposa mientras el rival intentaba alcanzarlo con los puños sin éxito. Luego, cuando el adversario empezaba a sentirse cansado debido al inútil esfuerzo, Ali se lanzaba hacia él con elegancia pero sin piedad y lo tumbaba sin miramientos, con rapidez y elegancia.
En el Barça esta movilidad la proporcionan unos Xavi e Iniesta bendecidos por los dioses del fútbol. Los rivales, agotados de correr detrás del esférico que con precisión cirujana manejan los dos pequeños jugadores, terminan siendo presa fácil para la velocidad de Messi, Henry y Etoo que con elegancia perforan la meta rival, resolviendo partidos con extraordinaria facilidad.
¿Invencible? Para nada. Ali ganó muchos combates pero también los perdió. Normalmente sus verdugos fueron púgiles de resistencia legendaria que lanzaban golpes sin parar esperando que el peor de los vicios del una vez llamado Cassius Clay, la poca paciencia, estallara y los arcos de sus ganchos empezaran a alcanzar carne, huesos y, cada vez más, sangre.
El Madrid es como esos boxeadores que se le atragantaban a Ali: cuanto mayor es la adversidad mejor es su rendimiento. Lo fácil para la plantilla, con una temporada tan repleta de problemas tanto deportivos como (mayormente) extradeportivos, con decenas de nombres de fichajes cada día en las portadas de los periódicos y con un Barça arrollador a una distancia insalvable a priori, hubiera sido rendirse (como hizo el Barça la temporada pasada, por ejemplo) y dejarse llevar. Pero nada más lejos de la realidad, el Madrid, en un ejemplo de coraje pocas veces visto en el deporte profesional, hizo suya una causa perdida de antemano y ha encadenado una racha totalmente inaudita en los tiempos que corren (17 victorias en los últimos 18 partidos, ¡52 puntos de 54!) para que un partido al que, en circunstancias normales, el Barça hubiera debido llegar campeón matemático con jornadas de antelación, se presente realmente apasionante.
El Madrid necesita dar lo mejor de si mismo para frenar al Barça: necesita que Casillas sea San Iker una vez más, que, a falta de Pepe, Cannavaro sea el defensa impenetrable que fue en el Mundial, que Sergio Ramos haga la faena de su vida, que el derroche físico de Lass y Gago sea todavía más emotivo y solidario que nunca para aturullar los cerebros cibernéticos de Xavi e Iniesta, que Robben no se rompa, que Huntelaar sea El Cazador, que Raúl resucite una vez más, que Higuaín siga creyendo y que al Bernabeu vuelva el miedo escénico que causaba más pavor entre los rivales que Atila el Huno. ¿Complicado? Si ¿Imposible? No.
¿Un resultado? Deseo fervientemente que gane el Madrid porque es mi equipo y creo sinceramente que se lo merece y creo que puede hacerlo. Sin embargo, va a ser un partido tan duro, tan legendario, tan memorable para todos aquellos que pensamos que el fútbol es algo más que un deporte o un simple espectáculo, que no me atrevo a pronosticar un marcador.
De todas formas, y a pesar de que el partido se presente apasionante, en el fondo es irrelevante: el Barça va a ganar La Liga, ninguno de sus posteriores rivales puede hacerle frente. El Madrid se encontró naufrago en mitad del océano y empezó a nadar desesperadamente, sin rumbo aparente. Meses después, cuando la orilla ya se vislumbra, va a terminar ahogándose. Si es cierto que el Barcelona se merece todas las felicitaciones por su fenomenal temporada, no es menos cierto que la terquedad, el afán de superación y la fe inquebrantable del Madrid es digna de aplauso y admiración.
¡Viva el fútbol! ¡Hala Madrid!
Un saludete guap@s.
En el Barça esta movilidad la proporcionan unos Xavi e Iniesta bendecidos por los dioses del fútbol. Los rivales, agotados de correr detrás del esférico que con precisión cirujana manejan los dos pequeños jugadores, terminan siendo presa fácil para la velocidad de Messi, Henry y Etoo que con elegancia perforan la meta rival, resolviendo partidos con extraordinaria facilidad.
¿Invencible? Para nada. Ali ganó muchos combates pero también los perdió. Normalmente sus verdugos fueron púgiles de resistencia legendaria que lanzaban golpes sin parar esperando que el peor de los vicios del una vez llamado Cassius Clay, la poca paciencia, estallara y los arcos de sus ganchos empezaran a alcanzar carne, huesos y, cada vez más, sangre.
El Madrid es como esos boxeadores que se le atragantaban a Ali: cuanto mayor es la adversidad mejor es su rendimiento. Lo fácil para la plantilla, con una temporada tan repleta de problemas tanto deportivos como (mayormente) extradeportivos, con decenas de nombres de fichajes cada día en las portadas de los periódicos y con un Barça arrollador a una distancia insalvable a priori, hubiera sido rendirse (como hizo el Barça la temporada pasada, por ejemplo) y dejarse llevar. Pero nada más lejos de la realidad, el Madrid, en un ejemplo de coraje pocas veces visto en el deporte profesional, hizo suya una causa perdida de antemano y ha encadenado una racha totalmente inaudita en los tiempos que corren (17 victorias en los últimos 18 partidos, ¡52 puntos de 54!) para que un partido al que, en circunstancias normales, el Barça hubiera debido llegar campeón matemático con jornadas de antelación, se presente realmente apasionante.
El Madrid necesita dar lo mejor de si mismo para frenar al Barça: necesita que Casillas sea San Iker una vez más, que, a falta de Pepe, Cannavaro sea el defensa impenetrable que fue en el Mundial, que Sergio Ramos haga la faena de su vida, que el derroche físico de Lass y Gago sea todavía más emotivo y solidario que nunca para aturullar los cerebros cibernéticos de Xavi e Iniesta, que Robben no se rompa, que Huntelaar sea El Cazador, que Raúl resucite una vez más, que Higuaín siga creyendo y que al Bernabeu vuelva el miedo escénico que causaba más pavor entre los rivales que Atila el Huno. ¿Complicado? Si ¿Imposible? No.
¿Un resultado? Deseo fervientemente que gane el Madrid porque es mi equipo y creo sinceramente que se lo merece y creo que puede hacerlo. Sin embargo, va a ser un partido tan duro, tan legendario, tan memorable para todos aquellos que pensamos que el fútbol es algo más que un deporte o un simple espectáculo, que no me atrevo a pronosticar un marcador.
De todas formas, y a pesar de que el partido se presente apasionante, en el fondo es irrelevante: el Barça va a ganar La Liga, ninguno de sus posteriores rivales puede hacerle frente. El Madrid se encontró naufrago en mitad del océano y empezó a nadar desesperadamente, sin rumbo aparente. Meses después, cuando la orilla ya se vislumbra, va a terminar ahogándose. Si es cierto que el Barcelona se merece todas las felicitaciones por su fenomenal temporada, no es menos cierto que la terquedad, el afán de superación y la fe inquebrantable del Madrid es digna de aplauso y admiración.
¡Viva el fútbol! ¡Hala Madrid!
Un saludete guap@s.
Yo creo que la unica posibilidad que tiene el Madrid de ganar es abriendo el partido, porque:
ResponderEliminara) el Barçapuede tirar a puesta lo que quiera que esta Casillas y
b) El Barça no tiene portero de nivel, y con unas cuantas ocasiones se le puede hacer gol.
Eso si, si el Madrid gana siendo hoy además el día de la Comunidad de Madrid al que se lia esta noche es chica.
Hombre, Victor Valdes no es Casillas pero tampoco es manco.
ResponderEliminar¿Tu crees que irá la gente a Cibeles hoy si se gana? Yo lo vería un poco de equipo pequeño. No me gustaría.
Saludetes.
¿A la cibeles? Ni de coña, y si aparece alguien son tres exaltados sin orgullo ¿pero que se armaría un buen fiestón por las calles de Madrid? Seguro.
ResponderEliminar¿Cuántos partidos del siglo habré visto ya...?
ResponderEliminarYo lo veo bastante sencillo, el Madrid debe ganar y punto. Y cuando el Madrid gane la liga entonces sí, este partido se hará leyenda, así que nada de hablar de porteros ¡espero que podamos ver 4 buenos golitos!
(Pero como yo soy del Barsa y del Rayo, que sea un 2-2 XD. Lo siento pero me cansé del Madrid hace tiempo, para épica ya está el Liverpool, estos que corran y que jueguen bien de una puñetera vez)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcreo que ha habido k.o. no?
ResponderEliminar¿y el segundo set cuando se juega? jajajajajajaja,
ResponderEliminarque ilusos...
Al final una ola gigante nos hundió definitivamente.
ResponderEliminarEnhorabuena a todos los culés... bueno, a todos no, que Brose no es culé, simplemente es gilipollas.
Saludetes.
oooooooooooooooooooooooooooooooooeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarha pasado una ola!!!!!!!!
Gracias pero si soy culé/barcelonista!!!
ZAS!! ....en toda la boca....nos han dado bien pal pelo....
ResponderEliminarFlorentino Pérez ya está en camino y por supuesto con nuevo entrenador. Juande podía haber hecho el esfuerzo de parecer dolido...
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