Southland Tales

Yo soy un galán, y los galanes no se suicidan

Cuando veo una peli de David Lynch no me suelo enterar de nada (sobretodo Mulholland Drive y Carretera Perdida, Inland Empire no la he visto todavía) pero tengo la sensación de que todos los datos necesarios para comprenderla están ahí y soy yo el que no atina a convertirlos en información relevante. Lo mismo me pasó con la primera película de Richard Kelly, la muy comentada y muy encultada (toma palabro) Donnie Darko. Sin embargo con la segunda peli de Kelly, Southland Tales, las sensaciones son distintas: todo parece un galimatías pero esta vez tienes la certeza de que no tienes toda la información a tu disposición para desentrañarlo y esto es culpa de:

1) La prepotencia del propio Kelly, que empieza la película por el capítulo cuarto (que original, ¿no?) de seis, publicando los tres primeros en forma de comics que alcanzan en total ¡más de 300 páginas! y resumiendolos de manera atropellada en los primeros 10 minutos de peli.

2) La compañía, que después del varapalo de Cannes'2006, obligó a reducir el metraje y remontarlo de nuevo para que puediera ser estrenada en los cines usamericanos... por donde casi dos años después ha pasado con mucha más pena que gloria.

Y es una pena, porque Southland Tales tiene muchos aspectos positivos que quedan totalmente ensombrecidos por esas escenas escamoteadas (¿Qué cojones pasó en el desierto? ¿Y en Faluyah?), esas relaciones no presentadas adecuadamente (Roland/Ronald - Pilot, Krysta - Zora - Barón, etc) y esos personajes salidos de la nada (el de Christopher Lambert, el tal Kenny, Jenny...). Circunstancias debidas a la falta de información causada por la megalomanía de Richard Kelly y los nervios de la productora/distribuidora.

Entre los aspectos positivos nombrados anteriormente se encuentra sin duda el reparto, en un principio imposible pero que termina convertido en todo un acierto, y que está formado por una ex-estrella del wrestling (The Rock), dos ex-estrellas teen (Sarah Michelle Buffy Gellar y Sean William Stifler Scott), dos ídolos pop (Justin Timberlake y Mandy Moore), clásicos ochenteros (John Larroquete, Zelda Rubinstein o el recuperado Christopher Lambert), jovenes promesas (Lou Taylor Pucci), una china loca (Bai Ling), John Lovitz de rubio platino y Kevin Smith disfrazado de señor mayor sin piernas... y eso que Jeneane Garofalo se quedó fuera del montaje final.

También destaca, como pasaba en Donnie Darko, una banda sonora repleta de temazos de Pixies, Elbow, Radiohead, Beethoven, Blur, BRMC y The Killers, con música original de Moby, un diferente himno de los estados juntitos a cargo de Rebekah del Rio (y sus tetas) y el descacharrante Teen Horniness is Not a Crime, interpretado por Krysta Now y sus amigas actrices porno.

De todas formas lo mejor que puedo decir de la peli es que me han entrado ganas de leer los comics-precuela (¿alguien sabe si están en español?) y que tiene algunas escenas que siempre se me quedarán en la memoria como el trato con el primer ministro nipón y el ya le-gen-da-rio número musical de Justin Timberlake en los recreativos al ritmo de The Killers. Por lo demás, peor de lo esperado.



Puntuación: 6 (lo mismo cuando me lea los comics la puntación global de Southland Tales como saga suba pero la de una peli con fallos tan garrafales no puede ser mayor)

Un saludete guap@s... y que tengan ustedes un feliz apocalipsis.