Charles Martin Jones nació en Spokane (Washington) el 21 de Septiembre de 1912 y murió en Corona del Mar (California) el 22 de Febrero de 2002. En los 90 años que separan estos dos hechos a Charles (o Chuck, como se hizo mundialmente famoso) le dio tiempo a dirigir casi 300 cortos, largos y episodios de televisión, a ser nominado al Oscar 8 veces, a ganarlo en 4 ocasiones (uno de ellos honorífico), a conseguir una estrella en el Paseo de la Fama, a que cuatro de sus cortos fueran elegidos entre los cinco mejores del siglo XX, a casarse dos veces y a tener una hija. Sin duda una vida plena la del mayor y mejor cartoonist de la historia.
Aunque nació en Washington pronto se traslado con su familia a Los Angeles. Ya desde niño se sintió atraído por el dibujo y años después se licenciaría en el Instituto Artístico de Chouinard, uno de los más prestigiosos del área de Los Angeles. A partir de entonces empezó la andadura que todos tenemos que realizar (excepto los niños de papa) de trabajos mal pagados y de escasa proyección hasta que en 1933 entró a formar parte del equipo de Leon Schlesinger Productions, el estudio que desarrollaba los cartoons de Looney Tunes y Merrie Melodies para la Warner Bros.
Durante años fue ayudante del no menos mítico Tex Avery en la Terraza Termita y director ocasional hasta que Avery dejó el estudio en 1941 y pasó a convertirse en la gran estrella, el hombre que iba a llevar a los Looney Tunes a una nueva dimensión de fama y reconocimiento. El estilo de Jones era una mezcla entre la locura de Avery y el clasicismo y las buenas intenciones de Walt Disney. Esto podía parecer un inconveniente en un principio ya que Avery había creado unos personajes con unas personalidades muy marcadas. Sin embargo, Jones consiguió llevarlos a su terreno sin ninguna perdida de identidad.
El personaje que sufrió un cambio mayor fue la gran estrella de los Looney Tunes, su emblema, Bugs Bunny. El Bugs de Avery era un roedor alocado, casi psicopático. Por contra, el Bugs de Jones era más pausado, más guasón y esperaba a ser atacado para dar rienda suelta a su arsenal de chanzas y disparates. Otros que también sufrieron un cambio importante fueron Lucas y Porky, que pasaron a formar una disparatada a la par que perfecta pareja cómica. Sin embargo también les dio oportunidad de lucirse por separado o unidos a otro de sus personajes favoritos: Silvestre.
Pero Chuck Jones no se limitó a trabajar con personajes ya existentes sino que creó los suyos propios entre los que destacan Pepé Le Pew y ese dúo maravilloso que formaban Willie E. Coyote y El Correcaminos, para cuyas aventuras Jones dedicó gran parte de sus esfuerzos y dedicación.
Sus cortos eran un tremendo éxito entre el público (y también la crítica ya que, entre otros reconocimientos, recibió varios Oscars) pero eso no le bastaba al bueno de Chuck, que quería dignificar el cartoon, quería que tuviera el mismo reconocimiento que el resto de artes y no fuera considerado como un entretenimiento menor para niños. Para ello no dudo en unir sus dibujos con uno de esos artes grandes: la opera. De esta unión surgieron maravillas como What's Opera Doc? o One Froggy Evening.
Su colaboración en las películas La Bella Durmiente de Disney y Gary Purr-ee de UPA a finales de los cincuenta fueron el preludio de lo inevitable: el binomio Warner-Jones se había roto y el dibujante se estableció por su cuenta. Sin embargo este periodo de independencia no fue muy largo ya que en 1963 su compañía fue absorvida por la Metro-Goldwin-Mayer.
En los años que estuvo trabajando para la MGM, Jones se encargó de resucitar a Tom y Jerry después de que la dupla Hanna-Barbera hubiera abandonado la nave para establecerse por su cuenta. Además ganó su ultimo Oscar (sin contar el honorífico) por el corto The Dot and The Line y adaptó en forma de mediometraje televisivo el cuento Cómo el Grinch robó la Navidad de su amigo el Dr. Seuss con el gran Boris Karloff prestando sus rasgos y voz al protagonista de la función. Este último es uno de sus trabajos más recordados y sin duda es infinitamente superior a la posterior versión de la dupla formada por Ron Howard y Jim Carrey.
El estudio de animación de la MGM cerró en 1970 pero Chuck Jones, como todos los grandes, nunca se retiró aunque bien es cierto que bajó mucho su ritmo de trabajo. De sus últimos años cabe destacar la trilogía de cortos sobre El Libro de la Selva realizada en los 70s y su participación (dirigiendo sendas escenas de animación) en películas como Gremlims 2 o Señora Doubtfire.
En 1993 recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en 1996 le fue concedido un Oscar honorífico y en 2002, a los 89 años, un ataque al corazón se lo llevaba al otro barrio... porque incluso los más grandes tienen que morir.
El bueno de Chuck Jones ya no está entre nosotros pero siempre nos quedarán sus dibujos, como los que siguen y que sirven para cerrar este post:
The Dot and the Line
One Froggy Evening
The Dover Boys
Con Todo el Equipo
Cómo el Grinch robó la Navidad (I)
Cómo el Grinch robó la Navidad (II)
Cómo el Grinch robó la Navidad (III)
Eso es todo amig@s.
Aunque nació en Washington pronto se traslado con su familia a Los Angeles. Ya desde niño se sintió atraído por el dibujo y años después se licenciaría en el Instituto Artístico de Chouinard, uno de los más prestigiosos del área de Los Angeles. A partir de entonces empezó la andadura que todos tenemos que realizar (excepto los niños de papa) de trabajos mal pagados y de escasa proyección hasta que en 1933 entró a formar parte del equipo de Leon Schlesinger Productions, el estudio que desarrollaba los cartoons de Looney Tunes y Merrie Melodies para la Warner Bros.
Durante años fue ayudante del no menos mítico Tex Avery en la Terraza Termita y director ocasional hasta que Avery dejó el estudio en 1941 y pasó a convertirse en la gran estrella, el hombre que iba a llevar a los Looney Tunes a una nueva dimensión de fama y reconocimiento. El estilo de Jones era una mezcla entre la locura de Avery y el clasicismo y las buenas intenciones de Walt Disney. Esto podía parecer un inconveniente en un principio ya que Avery había creado unos personajes con unas personalidades muy marcadas. Sin embargo, Jones consiguió llevarlos a su terreno sin ninguna perdida de identidad.
El personaje que sufrió un cambio mayor fue la gran estrella de los Looney Tunes, su emblema, Bugs Bunny. El Bugs de Avery era un roedor alocado, casi psicopático. Por contra, el Bugs de Jones era más pausado, más guasón y esperaba a ser atacado para dar rienda suelta a su arsenal de chanzas y disparates. Otros que también sufrieron un cambio importante fueron Lucas y Porky, que pasaron a formar una disparatada a la par que perfecta pareja cómica. Sin embargo también les dio oportunidad de lucirse por separado o unidos a otro de sus personajes favoritos: Silvestre.
Pero Chuck Jones no se limitó a trabajar con personajes ya existentes sino que creó los suyos propios entre los que destacan Pepé Le Pew y ese dúo maravilloso que formaban Willie E. Coyote y El Correcaminos, para cuyas aventuras Jones dedicó gran parte de sus esfuerzos y dedicación.
Sus cortos eran un tremendo éxito entre el público (y también la crítica ya que, entre otros reconocimientos, recibió varios Oscars) pero eso no le bastaba al bueno de Chuck, que quería dignificar el cartoon, quería que tuviera el mismo reconocimiento que el resto de artes y no fuera considerado como un entretenimiento menor para niños. Para ello no dudo en unir sus dibujos con uno de esos artes grandes: la opera. De esta unión surgieron maravillas como What's Opera Doc? o One Froggy Evening.
Su colaboración en las películas La Bella Durmiente de Disney y Gary Purr-ee de UPA a finales de los cincuenta fueron el preludio de lo inevitable: el binomio Warner-Jones se había roto y el dibujante se estableció por su cuenta. Sin embargo este periodo de independencia no fue muy largo ya que en 1963 su compañía fue absorvida por la Metro-Goldwin-Mayer.
En los años que estuvo trabajando para la MGM, Jones se encargó de resucitar a Tom y Jerry después de que la dupla Hanna-Barbera hubiera abandonado la nave para establecerse por su cuenta. Además ganó su ultimo Oscar (sin contar el honorífico) por el corto The Dot and The Line y adaptó en forma de mediometraje televisivo el cuento Cómo el Grinch robó la Navidad de su amigo el Dr. Seuss con el gran Boris Karloff prestando sus rasgos y voz al protagonista de la función. Este último es uno de sus trabajos más recordados y sin duda es infinitamente superior a la posterior versión de la dupla formada por Ron Howard y Jim Carrey.
El estudio de animación de la MGM cerró en 1970 pero Chuck Jones, como todos los grandes, nunca se retiró aunque bien es cierto que bajó mucho su ritmo de trabajo. De sus últimos años cabe destacar la trilogía de cortos sobre El Libro de la Selva realizada en los 70s y su participación (dirigiendo sendas escenas de animación) en películas como Gremlims 2 o Señora Doubtfire.
En 1993 recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en 1996 le fue concedido un Oscar honorífico y en 2002, a los 89 años, un ataque al corazón se lo llevaba al otro barrio... porque incluso los más grandes tienen que morir.
El bueno de Chuck Jones ya no está entre nosotros pero siempre nos quedarán sus dibujos, como los que siguen y que sirven para cerrar este post:
The Dot and the Line
One Froggy Evening
The Dover Boys
Con Todo el Equipo
Cómo el Grinch robó la Navidad (I)
Cómo el Grinch robó la Navidad (II)
Cómo el Grinch robó la Navidad (III)
Eso es todo amig@s.
Una gran biografía. ¡Qué grande es Chuck Jones!, ya no recordaba que también había realizado "Cómo el Grinch robó la Navidad".
ResponderEliminarGran post.
PD: ¿El siguiente será Tex Avery?
Saludos.
¡Gracias!
ResponderEliminarPd: Tex Avery aparecerá en este especial, of course, pero no será el próximo.
Saludetes.