Mucha gente se esfuerza en comprender, medir, parametrizar, dominar o acotar la épica. Cometen un gran error: la ÉPICA (asi, con mayusculas) no se comprende, no se mide, no es algo racional, es algo de las entrañas, se siente y, además, es propia de cada persona, es decir, lo que para una persona puede ser el summum de la épica para otra puede resultar algo vacio y artificioso. No se si será por su aura de causa perdida (que a mi, valga la rebundancia, me pierden), por su romanticismo y heroismo trasnochado, por la mano maestra de Michael Mann, por los enormes ojos de Madeleine Stowe, por la fiera pero desencantada mirada de Daniel Day-Lewis o por la absolutamente gloriosa música de Trevor Jones pero a mi, cuando se habla de épica cinematográfica siempre se me viene a la mente El Último Mohicano. Una peli a reivindicar.
Un saludete guap@s.
Un saludete guap@s.
Di que sí, vivan las causas perdidas coñe!
ResponderEliminarKalimero, "Push It" de Garbage. Seguro que hay alguno que me gusta más, pero llevo un buen rato pensándolo y no lo he encontrado.
ResponderEliminarMe encanta cuando salta la hermana de la Stowe!
ResponderEliminarGran peli...
7_nucho: las causas perdidas molan mil veces que las más probables, de aqui a Lima, vamos!!!
ResponderEliminarnoel: apuntado queda.
mycroft: ese es un momentazo... como cuando Daniel Day-Lewis descabeza al indio que esta a punto de cargarse a la Stowe, o cuando el ingles se sacrifica o como la entrada en el fuerte al principio de la peli. Peliculón!!!!
Saludos.