Fecha: 02/06/2006
A las ocho, después de una carrerita en taxi de 20 minutos y 7 euros desde Alonso Martínez, esta el tio en el Palacio de los Deportes. Todavía había poquita gente por lo que nos sentamos en el suelo bebiendo a sorbitos nuestras cañas de 3 euros (sea en Madrid, NY o Bolsón Cerrado, si una caña vale 3 euros que baje Dios y lo vea).
A las nueve y con media entrada aparecieron los teloneros: dos raperos y un dj bastante malos (uno creo que era Dizzie Rascal pero no estoy seguro). Después de quince minutos de aburrimiento el dj se percató del percal y decidió pinchar temas míticos del rock mientras sus compañeros decían fucking y se rascaban los huevos sin parar. Sonarón desde Queen a White Stripes pasando por el Sweet Child O'Mine o el Smell Like Teen Spirit. Después de este agradecido intervalo, los raperos volvieron con sus propios temas y la cosa volvió a decaer. Cuarenta minutos y 200 fuckings los chavales abandonaron el escenario para alivio de todos.
A las diez en punto, con el Palacio a rebosar y un calor axfisiante aparecieron las guindillas y lo hicieron a lo bestia, con Can't stop. Luego siguieron Dani California y mi preferida: Scartissue. A partir de entonces alternaron temas nuevos (Strip my mind, Charlie, Tell me baby...) con temazos clásicos (Californication, Otherside, Right on time), todos interpretados con la maestría característica.
Este esquema solo lo rompieron las idas de olla de Flea, los intentos de chapurrear español de Kiedis, un espectacular duelo mano a mano entre Flea y John Frusciante y una marciana versión que el propio Frusciante se marcó del How deep is your love de los Bee Gees con falsete incluido. Hora y media después llegó el final con By the way, que nos devolvió a todos al estado de excitación del principio.
Ni siquiera tuvimos tiempo de cantar lo de otra, otra, otra porque a los dos minutos el bateria (siempre se me olvida el nombre) salía de nuevo al escenario y se marcaba un gran solo. Momentos después aparecieron sus compañeros para despedirse a lo grande: Under the bridge y una genial interpretación del Give it away. Y cuando parecía que todo había terminado, Flea y Frusciante decidieron quedarse en el escenario y marcarse un nuevo duelo que duró casi diez espectaculares minutos.
Cuatro horas después de haber entrado, el tio salía del peguntoso calor del Palacio al fresco aire de Goya. Sin duda, un gran concierto y una gran noche.
Lo mejor:
Un saludete guap@s.
A las ocho, después de una carrerita en taxi de 20 minutos y 7 euros desde Alonso Martínez, esta el tio en el Palacio de los Deportes. Todavía había poquita gente por lo que nos sentamos en el suelo bebiendo a sorbitos nuestras cañas de 3 euros (sea en Madrid, NY o Bolsón Cerrado, si una caña vale 3 euros que baje Dios y lo vea).
A las nueve y con media entrada aparecieron los teloneros: dos raperos y un dj bastante malos (uno creo que era Dizzie Rascal pero no estoy seguro). Después de quince minutos de aburrimiento el dj se percató del percal y decidió pinchar temas míticos del rock mientras sus compañeros decían fucking y se rascaban los huevos sin parar. Sonarón desde Queen a White Stripes pasando por el Sweet Child O'Mine o el Smell Like Teen Spirit. Después de este agradecido intervalo, los raperos volvieron con sus propios temas y la cosa volvió a decaer. Cuarenta minutos y 200 fuckings los chavales abandonaron el escenario para alivio de todos.
A las diez en punto, con el Palacio a rebosar y un calor axfisiante aparecieron las guindillas y lo hicieron a lo bestia, con Can't stop. Luego siguieron Dani California y mi preferida: Scartissue. A partir de entonces alternaron temas nuevos (Strip my mind, Charlie, Tell me baby...) con temazos clásicos (Californication, Otherside, Right on time), todos interpretados con la maestría característica.
Este esquema solo lo rompieron las idas de olla de Flea, los intentos de chapurrear español de Kiedis, un espectacular duelo mano a mano entre Flea y John Frusciante y una marciana versión que el propio Frusciante se marcó del How deep is your love de los Bee Gees con falsete incluido. Hora y media después llegó el final con By the way, que nos devolvió a todos al estado de excitación del principio.
Ni siquiera tuvimos tiempo de cantar lo de otra, otra, otra porque a los dos minutos el bateria (siempre se me olvida el nombre) salía de nuevo al escenario y se marcaba un gran solo. Momentos después aparecieron sus compañeros para despedirse a lo grande: Under the bridge y una genial interpretación del Give it away. Y cuando parecía que todo había terminado, Flea y Frusciante decidieron quedarse en el escenario y marcarse un nuevo duelo que duró casi diez espectaculares minutos.
Cuatro horas después de haber entrado, el tio salía del peguntoso calor del Palacio al fresco aire de Goya. Sin duda, un gran concierto y una gran noche.
Lo mejor:
- El espectaculo de luces, sonido e imágenes.
- Que no abusaron de los temas del último disco y nos dieron una buena ración de clásicos.
- Que son unos músicos magistrales.
- La puntualidad para empezar.
- Que Flea sigue tan flipado y Frusciante tan colgado como siempre.
- Los teloneros.
- El calor.
- Que no tocaron Soul to squezze.
- Los precios de los bares.
- Las malas pulgas de los seguratas.
- Unos niñatos de papa de coca hasta las cejas dando por saco durante un buen rato lanzando cervezas y empujando a la gente.
- Que como soy un paleto me llevé unas zapatillas blancas que, obviamente, han terminado para el arrastre.
Un saludete guap@s.
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